viernes, 9 de octubre de 2009

El Trinomio: Alumnos, Padres y Profesores

Conferencia impartida por el Administrador Patrono de la Fundación BOU, Federico Salvia García, durante el acto inaugural del curso académico 2009 – 2010 del Colegio Inmaculada Concepción de Cullera (Valencia), que tuvo lugar el pasado miércoles 7 de octubre.

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Estimados, Miembros de la Fundación, Padres, Profesores, Alumnos y público en general, amigos todos. Es un honor poder dirigirme a todos vosotros en este Acto Inaugural del Curso Académico 2.009 2.010. Mi intervención la he titulado “EL TRINOMIO: ALUMNOS, PROFESORES Y PADRES".

Como todos sabemos, la educación de nuestros hijos durante estos años de formación pasa por la participación activa de los tres agentes involucrados en la misma. La figura de los padres es insustituible, pero no sólo por lo que podemos aportar a nuestros hijos a nivel humano y formativo, sino porque somos el espejo dónde nuestros hijos ven los modelos de conducta que en un futuro aplicarán.

Los docentes son el otro pilar básico en la formación de nuestros retoños, ellos a nivel educativo, proyectan sus conocimientos en los alumnos para irles despejando el camino de su futuro profesional. Por ello, es indiscutible que ambos pilares (profesores y padres) deben ir de la mano, como expondremos más adelante, ya que ambos participan, de una manera u otra, en la inculcación y el fortalecimiento de los valores humanos sobre el alumno/hijo.

Unos valores que, sin duda alguna, les permiten madurar, les ayudan a definir su propia personalidad y unos modelos de conducta que serán perpetuos en el futuro. Para todo ello, es esencial la participación activa y comprometida de los hijos/alumnos.

No pretendo, como habréis podido deducir, dar una conferencia magistral sobre amplias temáticas de profunda reflexión, sino resaltar la importancia que todavía tienen ciertos valores, a veces olvidados, y cómo repercuten en el día a día de los alumnos y especialmente en su proceso formativo.

Pasado el verano, con el comienzo del Curso académico, se nos plantean los primeros retos, conseguir que nuestros hijos vuelvan a la rutina escolar en el menor tiempo posible, para ello es necesario implantar nuevos hábitos, que durante la época estival estaban en el olvido.

Es muy positivo, para hijos y padres, recobrar los indicadores con el fin de poner orden y sentido al nuevo ejercicio escolar, para ello hay que recuperar los horarios de comidas, horas de sueño, horas de estudio, actualizar hábitos, como la concentración, favorecer un entorno tranquilo y relajado para el estudio, tratando de limitar el uso abusivo de la Televisión, video juegos, móviles, etc..

Todo ello debe ir acompañado de un reconocimiento expreso de los padres, hacia los Profesores, educadores, pues estos van a ser el nexo de unión entre ellos y sus hijos, y por supuesto grandes colaboradores para la consolidación de los valores, formación, disciplina, respeto, orden, tolerancia, solidaridad, etc………….., con ello comprobamos inicialmente como funciona y que importancia tiene el “Trinomio, Alumnos Profesores y Padres”.

Ello no es óbice, para que la figura de los padres sea insustituible, los centros educativos se ven, con frecuencia como el lugar adecuado para el desarrollo académico, cultural y social de los hijos, siendo imprescindible la complicidad de los padres para lograr el éxito, en este largo proceso educativo.

No son pocos los padres que creen ciegamente, que a sus hijos los tienen que educar en el colegio. Los padres deben saber que, en el colegio y en sus educadores, van a encontrar grandes colaboradores para consolidar la vida cotidiana o determinados hábitos, como la disciplina, el respeto, el orden, la tolerancia, la solidaridad, etc…, todo ello por supuesto dentro del credo Cristiano Católico de nuestra institución.

Los padres, que son modelos para sus hijos, no son conscientes de las malas “vibraciones” que pueden transmitirles a sus hijos, en un momento determinado, cuando hacen comentarios desafortunados sobre la escuela, por ello es de suma importancia la corresponsabilidad de los padres y su nexo de unión con los profesores. Sin querer exagerar, la familia en sí debe ser la prolongación de la escuela en casa. Con ello se conseguirá que el “Trinomio” aludido, funcione a la perfección.

Existiendo una fluida comunicación entre este “Trinomio apuntado”, alumnos, profesores, y padres, nos permitirá conocer realmente a nuestros hijos, en todos sus ámbitos de desarrollo, saber de buena tinta sus capacidades, limitaciones, ilusiones, habilidades y expectativas en este periodo.

Es fundamental hablarles de cada situación por la que pasen, transmitirles confianza, pedirles su colaboración y comprensión, y demostrarles lo orgulloso y seguro que se está de ellos. Así se sentirán arropados y serán capaces de enfrentarse a las dificultades que se les puedan presentar, potenciando sobre todo su AUTOESTIMA.

Otro punto muy importante a resaltar dentro del referido “Trinomio” y que afecta directamente a padres e hijos principalmente, es el efecto que producen los medios de comunicación, ya sea audiovisuales y/o tecnológicos.

Recientes estudios del Instituto Nacional de Salud de los EEUU, indican que con la televisión en funcionamiento se reduce drásticamente la comunicación familiar, del orden del 30 %, y la que se produce es inconexa y falta de sentido en su mayoría.

Ello nos sirve de lazo con nuestra realidad cotidiana. Cuando los hijos acaban la jornada escolar, y son recogidos por sus padres y/ o abuelos, se inicia un largo peregrinar hasta el propio domicilio, que se aprovecha para dar la merienda a los mas pequeños, acudir a las catequesis, deportes, u otras actividades y finalmente la llegada al domicilio familiar, donde viene la segunda etapa, la higiene, los deberes, la cena y acostarse. En esta etapa es cuando hace su aparición la Televisión y otros aparatos tecnológicos, la misma se conjuga con la realización de los deberes, etc..

La televisión juega un papel importante, aunque debería ser secundario en el orden de prioridades. El uso abusivo y excesivo de estos medios conlleva la asimilación de modelos de conducta inapropiados como si fueran correctos.

El perjuicio en general es notable, es imposible la concentración necesaria para la práctica de las tareas escolares, “los deberes”, prestando atención a un medio audiovisual, ello comporta una ejecución de rutina, sin la debida concentración en lo que se esta haciendo. Se pierde la oportunidad de aprendizaje sobre un o unos temas en concreto, por ello es corriente, cuando se pregunta a los alumnos, ¿ Por qué has hecho esto ?, la respuesta habitual es ¿no lo sé?.

Por ello mi recomendación y apuesta para este curso académico que hoy inauguramos, es alentar a los progenitores para que aumenten su interacción verbal con sus hijos durante las actividades diarias. Sin duda, va a ser un duro esfuerzo, pues la vida actual significa una frenética lucha contra el reloj, los horarios de los padres no suelen coincidir con los de sus hijos, de ahí que deba realizarse un acortamiento del tiempo laboral, en la medida de lo posible, para poder coincidir en casa con la familia. Que mejor gozo que poder disfrutar de una cena familiar, preguntar a nuestros hijos, ¿ como te va el colegio?, ¿que has aprendido hoy?, enséñame los deberes o mejor aún ¿hacemos los deberes juntos?, ¿leemos un libro?, ¿comprendes lo que lees?. Los que habéis tenido ocasión de hacerlo, seguro que la experiencia es muy enriquecedora, el Trinomio funciona y a la vuelta de la escuela los profesores notan esa influencia de los padres. Los que aún no gozáis de esa experiencia, os animo a que lo intentéis.

En definitiva, lo que persigue el Trinomio, es una eficacia escolar, acompañada de una formación humana, que de rebote nos satisfará a los propios padres.

Estoy seguro que en multitud de publicaciones, libros, artículos, conferencias, os habrán empapado de consejos y buenas prácticas, yo no voy a incidir en ello, pero sí permitirme trasladaros los míos propios que hace algunos años incorporé, mejor dicho, intenté incorporar, habiendo conseguido unos y luchando para conseguir los otros. Son los conocidos como “Pilares de un mundo Mejor”, extraídos de la “Brújula Espiritual” un libro del Autor Satish Kumar, publicado por la editorial Integral (RBA).

En su libro, nos muestra los valores que sustentan una vida autentica y nos invita a seguir los mismos, nos marca el Norte para que guiemos nuestros pasos hacia un cambio en nuestras vidas, con los siguientes pilares:

· Cambiar nuestra actitud

· Vivir con sencillez

· Consumir menos

· No derrochar

· No usar productos nocivos para el medio ambiente

· Caminar

· Hacer manualidades

· Meditar

· Trabajar lo necesario y gozar más de nuestra familiar y entorno.

· Estar Informados

· Organizarse

Os dejo los pilares del mundo en el aire, para el que quiera se sume a ellos, poco a poco. Únicamente, para ir acabando la charla, me gustaría incidir en uno de ellos, la Meditación dentro de nuestro credo Cristiano, que viene como anillo al dedo, con los temas tratados anteriormente.

En ese espacio de comunicación familiar, debe tener una enorme importancia, la lectura pausada pero diaria del libro de los libros, la Santa Biblia. En él encontraremos la palabra de Dios, que llena nuestros corazones y nos hace felices, pero es primordial saber leer o escuchar. Escuchar significa estar predispuesto para recibir el mensaje, para que fructifique y perdure en nuestro interior. Es difícil lo que os propongo, pues oímos, pero no escuchamos, fijaros en la diferencia entre lo uno y lo otro.

Recientemente en nuestro 2º Viaje a la Ruta de San Pablo, en tierras Griegas y Romanas, tuvimos ocasión de recibir la palabra de Dios, diariamente, en lugares tan emblemáticos, como Tesalónica, Filipos, Kavalla, Berea, Atenas, Corinto, etc.., en todos ellos se establecieron las primeras Iglesias cristinas de occidente; recuerdo una Homilía que nos dejo huella a todos los presentes, impartida magistralmente por nuestro querido D. José Formentín. Versaba sobre la percepción de la palabra de Dios, oímos pero no escuchamos, por eso se nos olvida tan pronto el mensaje. Recordé ese maravillo pasaje del Evangelio Según San Lucas (8 4-15), Salió el Sembrador a sembrar:

“Se le juntaban a Jesús mucha gente y, al pasar por los pueblos se iban añadiendo. Entonces les dijo esta parábola: Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayo al borde del camino, la pisaron, y los pájaros se la comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso y, al crecer, se secó por falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas, y las zarzas, creciendo al mismo tiempo, la ahogaron. El resto cayó en tierra buena y, al crecer, dio fruto al ciento por uno”. Dicho esto, exclamó: “El que tenga oídos para oír que oiga”.

Debemos perseverar en la semilla que cayó en tierra buena, la palabra penetra en nuestros corazones, la escuchamos, la guardamos y da los mejores frutos para nosotros y para aquellos con quienes compartimos nuestra vida.

Y para finalizar y cerrar el trinomio, triángulo de colaboración, una breve referencia a los otros protagonistas principales actores del acto de la enseñanza, los alumnos, a ellos les rogaría, confianza, fortaleza, trabajo, esfuerzo y preservar en el tarea diaria, reiterándoles que padres y profesores sin dudarlo van a dar todo lo mejor, para que en este periodo, se sienten las bases de un futuro cargado de la luz que proporciona el conocimiento.

Queridos alumnos, profesores, padres, que el mensaje tripartito de la comunicación cale entre vosotros, que el ejercicio de escucharse unos a otros sea cotidiano. Con ello, estoy seguro que avanzaremos en una buena formación humana y académica de nuestros hijos, siendo estímulo para nuestra propia felicidad.

Os emplazo, si os parece oportuno, a Final de Curso, para hacer balance de todo ello. Solo me queda despedirme de todos vosotros, daros las gracias por vuestra atención. De todo corazón os deseo un feliz y provechoso curso 2.009 – 2.010.

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